En el ámbito de la joyería, hoy, podemos encontrar marcas que se destacan como líneas de excelencia tanto en sus diseños como en su forma de producir. En esta ocasión, queremos hablar de una de estas marcas y de su interesante historia, que la ha llevado a convertirse en una de las marcas de joyería más importantes de la actualidad. Estamos haciendo referencia a la marca Chopard.
Los primeros pasos de Chopard
Louis-Ulysse Chopard, nacido en el año 1836, tenía 24 años solamente cuando fundó una empresa de relojería. Se trataba de una empresa que desarrollaba joyería de alta precisión, espeicalizada fundamentalmente en relojes de bolsillo y en cronómetros. La ubicación de la misma ue en Suiza, en la ciudad de Sonvilier.
Chopard era hijo de un agricultor de la zona. Cuando comenzó la empresa, se dio cuenta que la mayor parte de sus clientes buscaban relojes que pudieran ser de uso diario pero que tuvieran una gran precisión, debido al impacto que estas piezas podían tener en las tareas laborales de esas personas. Poder dar una respuesta a esta necesidad creciente fue lo que acabó llevando a que Chopard conquiste prácticamente toda Suiza, ampliando velozmente sus horizontes para llegar a distintas partes del mundo. Esto se debió, especialmente, a que las piezas diseñadas por este relojero se consideraron revolucionarias y, a la vez, verdaderas obras de arte de una belleza y elegancia sin igual. Tanta fue su popularidad, que las piezas de relojería de alta calidad de Chopard llegaron a nada menos que la corte del zar Nicolás II de Rusia.
La expansión de un artista
Pero el lugar al que había llegado no representó para Chopard una razón para dejar de producir o de innovar. Muy por el contrario, continuó trabajando para ir más allá. En ese sentido, empezó a desarrollar nuevos relojes de bolsillo y nuevos cronómetros únicos en el mundo. Durante el siglo XIX, la fama de este diseñador creció exponencialmente. Esto se debía no solamente a la estética de sus desarrollos, sino también a la fiabilidad que sus piezas representaban y a la muy alta calidad de los relojes. Fueron esas razones las que terminaron llevando a grandes hitos, como fue el caso de convertirse en el proveedor oficial de relojes de la compañía ferroviaria suiza y, también, del Campeonato Federal de Tiro. También se comenzaron a generar relaciones con distribuidores de otras zonas, lo que hizo que estos relojes lleguen a otras partes del mundo.
De padre a hijo
En 1915, Paul-Louis Chopard, hijo de Louis-Ulysse, fue quien se hizo cargo de la empresa. Se encargó de abrir una sucursal en la localidad industrial de La-Chaux-de-Fonds, que era cercana a la localidad de origen de la marca. Posteriormente, esta sucursal se acabó convirtiendo en la sede principal de la empresa y, hacia 1937, tomó la decisión de trasladar la empresa al centro empresarial de Ginebra, que es hoy en día conocida como la gran capital mundial de la relojería.
El siguiente a cargo de la empresa fue Paul-André, hijo de Paul-Louis. Comenzó a hacerse cargo de la firma en 1943. Ante un contexto complejo de posguerra, era una época difícil para las marcas, a la vez que Chopard estaba teniendo una plantilla de solamente 5 trabajadores. En ese contexto, la firma estaba en una mala situación. En los 60, André comenzó a pensar en vender la firma, debido a que ninguno de sus hijos tenía interés en formar parte del negocio.
La venta de Chopard
En la misma época de crisis, Karl-Scheufele III buscaba ampliar ESZEHA. Era relojero y también hijo de emprendedores. ESZEHA era una empresa de joyería y relojería ubicada en Alemania, particularmente en la localidad de Pforzheim. Se tomó la decisión de adquirir una manufactura suiza, debido a que su suministro de relojes dependía de un proveedor. Para lograr eso, lo que hizo fue publicar un anuncio en la prensa y se dirigió a Ginebra para conocer a potenciales candidatos. Entró en contacto con Paul-André Chopard antes de volver a su país, siendo este el último de los considerados en su lista de personas a contactar. El vínculo fue inmediato, por lo que el trato también se cerró rápidamente.
De acuerdo a lo que explica Chopard, otro punto importante fue el matrimonio de Karl con Karin Ruf. Explica que:
“En 1957, el joven Karl se casó con Karin Ruf. Su padre, Fritz Ruf, era un dinámico empresario y su apoyo fue clave para el éxito de la joven pareja. La compra de la manufactura dio a los orfebres de Pforzheim la posibilidad de entrar en el círculo cerrado de los grandes fabricantes suizos de relojes. Gracias a la visión comercial y a la pasión por viajar que había heredado de su padre y su abuelo, Karl Scheufele III consiguió despertar a Chopard de su letargo y construir todo un imperio”.
Chopard hoy
Hoy en día, la firma está a cargo de los hijos de este matrimonio, Caroline y Karl-Friedrich, quienes forman parte activa de esta. La marca ha ido ampliando considerablemente sus diseños, pasando a convertirse en una marca de referencia ya no solamente en los relojes, sino también en las joyas. Karl es el que se encarga de las secciones para hombres, debido a que se ha dedicado, desde la década de los 80, a la creación de piezas de relojería destinadas al uso deportivo. En lo que refiere a Caroline, ella es la responsable de las colecciones para mujeres, a la vez que se ha hecho cargo del departamento de Alta Joyería.
Algunas de las piezas de joyería que podemos destacar de la marca Chopard y que se pueden encontrar en Joyería GRAU, son las siguientes:
Colgante Chopard Happy Hearts oro rosa y ónice
Este hermoso y romántico colgante Chopard Happy Hearts está fabricado en oro rosa de 18 quilates. Posee un bello corazón de ónice negro natural que cuelga de un corazón más pequeño. En el interior de este podemos encontrar uno de los célebres diamantes móviles que han destacado a la marca a lo largo del último tiempo. El colgante es concebido como una oda al amor.
Pendientes Chopard Happy Diamonds Icons oro rosa y diamantes
En segundo lugar, tenemos que hablar de estos bellos pendientes que presentan unas líneas redondeadas y un bello diamante móvil. Este gira entre dos cristales de zafiro. Están fabricados en oro rosa de 18 quilates.
Anillo Chopard Happy Diamonds Icons de oro blanco y diamantes
Finalmente, vamos a mencionar el hermoso anillo Chopard Happy Diamons Icons. Es una pieza excepcional, elegante pero a la vez muy alegre. Se detaca por sus diamantes móviles que giran con completa libertad entre dos cristales de zafiro. Se compone una coreografía que realza el brillo natural en cada movimiento que se lleva a cabo.