¿Sabes cuántas películas románticas tienen como escenario la ciudad de New York? Muchas, ya te lo digo yo. Pero, y un puzzle del mítico edificio Flatiron, ¿puede inspirar una historia de amor? La de Gemma y Carles, los protagonistas de esta historia, sí.
Su historia de amor podría parecer una de tantas. Amigos de amigos. Un tiempo sin verse. Una coincidencia. Una promesa de ir al “pueblo” (como Carles, barcelonés, denomina a Rubí) a verla. Una cerveza. Una cena. Varias más. Un viaje de fin de semana… y, ¡a vivir juntos! Si, es una historia de tantas. Un cliché. Corta y comprimida en el tiempo, pero intensa y especial. Como el amor que prodigan.
Y es que en Joiera Grau nos sentimos parte de ese amor que ambos se profesan. Carles nos contactó para tiempo antes de su viaje a New York (donde pediría matrimonio a Gemma a la postre) para recuperar el antiguo anillo de prometida de su madre. Una pieza simbólica, cargada de sentimientos y plena de belleza en oro y diamantes, única”.
La idea de la petición de mano en New York viene de un propósito una Navidad cuando haciendo un puzzle juntos se encomendaron a tal aventura. Debía ser muy especial y original y además tenía claro que quería inmortalizar el momento. Para ello contrató los servicios de un fotógrafo profesional para que les hiciese un reportaje de su viaje pero, lo que Gemma no se esperaba eras que, detrás de ese posado de pareja se escondía una petición como aquella. Mientras ella posaba de espaldas con el puente de Brooklyn y el skyline de la ciudad de fondo, de repente Carles entro en escena cajita en mano para pretender su amor de por vida. Y ella dijo si. Fue rápido, original pero sobre todo, precioso. Como su historia de amor, esa en la que nos han dejado participar de algún modo con un anillo que, seguro, pasará a otra generación y a nosotros nos gustaría ver.
¡Felicidades, Gemma y Carles! Que esta sea la primera anécdota de una historia de amor por siempre.
Fotos: © Johny Vacar
