El reloj Tudor deslumbra con una caja de acero de 39mm, hábilmente pulida y satinada, que refleja elegancia y resistencia. Sumergirse hasta 200 metros de profundidad sin preocupaciones es posible gracias a su hermeticidad excepcional. El bisel fijo, graduado en 24 horas, aporta una funcionalidad adicional con un acabado satinado a juego con el resto del reloj. La esfera negra está delicadamente abombada y cubierta por un cristal de zafiro también abombado. El brazalete de acero, adornado con remaches, se ajusta de forma rápida y segura. La confianza está respaldada por una garantía de cinco años, garantizando la durabilidad de esta joya relojera. El movimiento mecánico de cuerda automática, resultado de una ingeniería exclusiva, brinda una experiencia de precisión impecable. Este reloj Tudor fusiona la artesanía excepcional con características técnicas innovadoras, creando una obra maestra que resalta en cualquier ocasión.