La pieza central de estos pendientes largos Grau son los tres chatones de diamantes, engastados en boca rusa en un ingenioso degradé. Cada diamante, con su brillo inigualable, captura la luz de manera magistral, desplegando un juego de destellos que no pasa desapercibido. El efecto degradé añade una profundidad visual única, infundiendo a los pendientes en oro en un aura de misterio y encanto. La cadena de espiga que enlaza los elementos principales de los pendientes no solo añade un toque contemporáneo, sino que también subraya la maestría artesanal detrás de estos tesoros. Cada eslabón de la cadena ha sido meticulosamente elaborado para ofrecer un equilibrio perfecto entre resistencia y flexibilidad, asegurando una experiencia de uso cómoda y duradera con su cierre Omega.