Estos pendientes de rosetón en oro blanco de 18 quilates, fabricados artesanalmente por los maestros joyeros de Grau, personifican la esencia de la sofisticación. Un zafiro, gema emblemática, se encuentra en el centro de cada pendiente, irradiando una tonalidad profunda y misteriosa que contrasta exquisitamente con los 28 diamantes blancos que lo rodean. La disposición meticulosa de los diamantes, engarzados con maestría, refleja la luz en un juego sutil de destellos. La estructura del rosetón, con su diseño intrincado y armonioso, revela un equilibrio perfecto entre la opulencia y la delicadeza. Estos pendientes no solo son accesorios de alta joyería, sino también símbolos de refinamiento y distinción, destinados a realzar la belleza única de quien los lleva.