Inspirados en la armoniosa geometría de las antiguas esculturas grecorromanas, los pendientes Halo llegan como tesoros únicos en oro amarillo de 18 quilates. Un círculo perfecto, símbolo de la eternidad y la perfección, engloba una gema de malaquita, irradiando un intenso color verde con vetas caprichosas que evocan la majestuosidad de la tierra y los bosques frondosos. Más que una simple piedra preciosa, la malaquita en la colección Halo ostenta un profundo simbolismo. En ella reside la transformación, la creatividad y la abundancia, cualidades que se subliman con el fulgor celestial de los ocho diamantes que la flanquean.