Los pendientes de oro blanco con aguamarina de Grau celebran la pureza, la luz y la sofisticación. Cada pieza presenta una aguamarina central de 1,67 quilates, tallada en forma esmeralda para maximizar su transparencia y su brillo cristalino. La gema, de un azul suave y luminoso, se sostiene mediante ocho finas grapas que aportan seguridad sin restar protagonismo a su belleza natural. Diseñados como dormilonas, estos pendientes ofrecen comodidad y elegancia para el día a día, al mismo tiempo que conservan la presencia y exclusividad de una joya de alta gama. La delicadeza del oro blanco potencia el resplandor de la aguamarina, creando un equilibrio perfecto entre modernidad y clasicismo.