Fabricado en oro amarillo de 18 quilates, el relicario está adornado con 17 diamantes blancos de talla brillante, con un peso total de 0.30 quilates (G VS+). La técnica del 'guilloché', un proceso complejo que consiste en grabar un patrón geométrico sobre el metal, se utiliza para crear un fondo rojo intenso sobre el que se aplica el esmalte. Este trabajo artesanal, realizado a mano, dota a la pieza de una profundidad y una riqueza visual excepcionales. Al abrir el relicario, se revela una delicada mariquita decorada con esmalte rojo y negro, un detalle que añade un toque lúdico y encantador a la joya. El relicario, de 22 mm de diámetro, se presenta con una cadena de oro amarillo de 18 quilates y 50 cm de longitud, con una etiqueta en forma de huevo, símbolo icónico de la firma.